Priscila una descendiente de la familia, residente en Brasil

Felix Esteban Asensio, natural de Santolea, hijo de Felix Esteban Brun, natural de Ladruñán, e Isabel Asensio Hueso, de Santolea, estaba casado con Isabel Valero Asensio, natural de Bordón, hija de Miguel Valero Sorribas, de Bordón y Martina Asensio Espada, también de Bordón, de este matrimonio hubo 4 hijos:

Miguel, 6 Septiembre 1878 22 Septiembre 1878

José, 18 Agosto 1880

Vicenta Isabel, 22 Enero 1883 y

 Miguel Marcelino, 2 Junio 1885.

Puestos en contacto con la familia residentes en Brasil, me facilitan información de sus antepasados, que como muchos otros emigrantes, un día decidieron abandonar el pueblo y muchos años más tarde, aquellos descendientes, siguen recordando el pueblo en el que nació su bisabuelo, José Esteban Valero, aquel 18 de Agosto de 1880.

“Felix Esteban y su mujer Isabel Valero, domiciliados en Santolea, junto con sus hijos Joaquin, José y Vicenta embarcaron, como tantos inmigrantes españoles, en Barcelona, el 15 de marzo de 1889, en el vapor francés “Bourgogne”. En Brasil se dirigieron al Núcleo Colonial de Boa Vista, interior de São Paulo, donde demandaron un lote de tierra de esa localidad para labrarla y vivir.

Años más tarde José (29) y Miguel (18) parten a otra región de São Paulo donde el primero conoce a Gerónima Collado, inmigrante de Almería. Tras el matrimonio y el nacimiento del primer hijo, compran en 1912 un lote de tierra del Núcleo Colonial de Nueva Paulicea. Allí nacen mi tía abuela y mi abuela. Desgraciadamente en 1918 Gerónima muere de gripe española y José se casa por segunda vez. De su segundo matrimonio nace Felix y pocos años después su segunda mujer fallece.

Esos labradores vivieron momentos de abundancia pero también de dificultades en Brasil. José vendió su tierra. Nueva Paulicea se volvió un pueblo olvidado. Su desarrollo pereció junto con los que tuvieron que abandonarlo. Pero al final todo salió bien pues nosotros, nietos (as) y bisnietos (as), logramos seguir adelante con nuestras famílias, tener nuestros trabajos, estudiar...

Este año, pasado un tiempo del fallecimiento de mi abuela Porfiria, regresamos al poblado de su infancia. Allá imaginamos lo que había sido y lo que pudiera haber sido. Alcanzamos conectarse con nuestros antepasados en el aire. Entonces, un viento fuerte nos llevó al otro lado del océano y allá encontramos en la serranía de Teruel el poblado de la infancia de su papa (José). Son dos espacios geográficos distintos pero que están igualmente ubicados entre lo vivido y la memoria, la realidad y el sueño…”

 

Hoy colocamos a nuestro paisano en el lugar de Gente de Santolea, para que lo podamos recordar junto a todos los demás.