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Enrique Royo García

El día 22 de Noviembre de 2015, perdimos un gran amigo. Enrique, natural de Zaragoza que en su juventud, pasaba los veranos en casa de sus familiares Miguel el Casereto y su esposa Concepción en Santolea, nos demostró en numerosas ocasiones, que sin haber nacido en este pueblo, se sintió tan Santoleano como el que más.

Para estar más cerca de aquel pueblo que tantos recuerdos le traían, se hizo una casa en Castellote, desde donde le permitía visitar y recordar, aquellos rincones y aquellas vivencias, que no olvidaría nunca, dedicándose al deporte de la pesca, del cual era muy aficionado.

A él le debemos la recuperación de la pila de la Fuente del Lugar, un trozo de la historia de Santolea y que colocó en el jardín de su casa en Castellote y a la venta de la misma, encomendó el cuidado y traslado a la finca de otro buen amigo “Gregorio”, para asegurarse que quedaba en buenas manos, mientras buscaba un nuevo destino para la misma.

Desde el primer momento que nos conocimos, formó parte de nuestra idea de mantener y fomentar la memoria de este pueblo, que como es conocido por todos, el Pantano hizo desaparecer, integrándose de pleno en cualquier proyecto que fuera dirigido a este fin.

En lo que fue la Era del Granero y junto a la Obra Nueva, en los restos de un monumento, colocó unas baldosas con la inscripción SANTOLEA SIGUE VIVA, que ha servido de referencia de muchos visitantes, para hacer una fotografía, mientras se recordaba y comentaba, como fue y como se vivió en aquellas calles que hoy son un montón de escombros.  En una de las fotografías que acompaño, lo podemos ver colocando un ramo de rosas, en memoria de todos.

El año 2010 de manera circunstancial, nos juntamos 10 personas en el Hostal Castellote, para celebrar Santa Engracia, comida a la que invitamos a los Ingenieros que estaban trabajando en la construcción de la Presa de Cola y allí maduramos la idea de en años sucesivos, comunicarlo a amigos y descendientes de Santolea, para tratar de hacer un encuentro cada año, que nos permitiera vernos por un día, a muchos de los que tuvimos que emigrar y así se hizo.

A partir de aquel año y buscando una fecha lo más cercana posible al día 16 de Abril, en el que celebrábamos la fiesta de nuestra Patrona y siempre un Sábado que permita a los que vienen de lejos desplazarse, nos hemos juntado todos los que hemos podido, pasando un día festivo.

Nuestro amigo Enrique ha sido durante estos años una pieza clave, tanto para la organización, como para el desarrollo de la misma.

¡Gracias Enrique por tu ayuda! Siempre estarás en nuestra memoria y nuestro agradecimiento.

José Aguilar Martí