Quien soy
José Aguilar Martí, nacido en Santolea el día 22 de Noviembre de 1934. Desde esta página, saludo a todos, los nacidos en este pueblo, descendiente y simpatizantes. Estoy a disposición del que necesite alguna información de Santolea, lo mismo que si vosotros me podéis facilitar algún dato, os lo agradeceré.
Seguramente, alguno de vosotros, guarda alguna foto antigua de nuestro pueblo, me la podéis mandar y aumentar la información sobre el mismo.
Un saludo para todos.
Santolea el árbol caído
Numerosas son las visitas que hacemos a Santolea, repasando aquellos restos desperdigados que tantos recuerdos nos traen. Muchos de los que por allí pasan, en la mayoría de los casos se quedarán sin saber donde están. También hay muchas confusiones respecto a este pueblo y podemos oír o leer, que este pueblo desapareció bajo las aguas. Esto es fruto del desconocimiento. Lo que sí desapareció bajo las aguas, fueron sus fértiles huertas, así como las posibilidades de seguir sobreviviendo.
La construcción del pantano, trajo riqueza para la tierra baja, sus aguas permitieron crear nuevos regadíos que en definitiva aumento el bienestar de la zona, pero para que unos prosperen, otros han de sucumbir y Santolea murió en beneficio de los demás. ¿ Se acordará alguien de devolver a este pueblo una pequeña parte de lo que él dio?. Hoy que está tan en moda el turismo y la información de todas las zonas turísticas ¿ no sería un gesto de buena voluntad, que alguien pensara en construir un pequeño recinto o reconstruir la ermita de Santa Engracia, donde poder colocar unos paneles informativos, que sirvieran tanto para orientar a los visitantes, como para tratar de conservar la memoria del pueblo? Santolea lo dio todo en beneficio de los demás, hasta su ser ¿ no sería esta una forma de pequeña compensación?
Sentados sobre cualquiera de sus muchos restos, ensimismados en nuestros pensamientos, nos parece escuchar a alguno de nuestros amigos o vecinos, pero nos tenemos que despertar a la realidad. Por aquellas calles cubiertas de escombros, deambularon nuestros antecesores, unos, ajenos al final que le esperaba a nuestro pueblo, y otros, preocupados del nuevo rumbo a tomar.
Los que vivimos en los años próximos a su desaparición, presenciamos la imparable marcha de vecinos, que como un goteo constante va abandonando el pueblo, hoy ayudabas a cargar los enseres de una familia, al mes siguiente era lo de otra, pensando quién sería el siguiente, hasta que al final terminamos por formar parte de aquella emigración, emigrantes forzosos por las circunstancias de la vida, pero emigrantes que nunca olvidarán sus orígenes ni a su pueblo.