Ismael Pérez Aznar
Ismael Pérez Aznar nació en Zaragoza el 23 de Enero de 1906 y desde entonces lleva a cuestas una vida de soledad y rebeldía, aunque encontró el amor y la amistad en su camino en los primeros años de su niñez en Santolea.
Yo quería volver ahora, dice, me cuidó una viejecita maravillosa. Pero va a ser imposible por que ya no existe ese pueblo.
¿Cuantos años vivió en Santolea?- pocos, sólo cuatro. De allí me llevaron a Calatayud. Dicen que hasta los 19 años fui analfabeto y aprendí a leer y escribir cuando hice el servicio militar en la Marina, me tocó a Ceuta. Curiosamente, unos allegados suyos de los que no tenía noticia alguna, guardaban una foto del marino Ismael Pérez Aznar, amarillenta imagen por la que han pasado sesenta y siete años. Con ella se presentaron en la Consejería de Sanidad de la Diputación General de Aragón, con la esperanza de identificar a aquel joven que se fue un día ha “hacer las américas” y nunca más volvieron a saber de él. ¡Cuánta emoción se acumuló en unos instantes!
Ismael llegó con la “Operación Añoranza” esa hermosa iniciativa que organizó Iberia con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América y que ha estado haciendo realidad año tras año. Los primeros aragoneses llegaron por este medio en 1986, para culminar ahora en 1992.
Se puso en viaje sabiendo que le dolía la pierna, en la que se notaba ya una sospechosa inflamación. Pudo más en él la ilusión del regreso a su tierra, después de sesenta y tres años de ausencia, pasados en la serranía de Panamá. Ardía en deseos de reencontrarse con su ciudad natal, Zaragoza, y cuando llegó al fin, se quedó sin verla porque tuvieron que intervenirle en su pierna enferma, postrado en una cama del Hospital Clínico en espera de poder hacer realidad su sueño.
Ismael ¿Por qué se fue a Panamá?- Porque era un rebelde-. Primero pasó a Francia y allí se embarcó para cruzar el Atlántico. Mal podía sospechar entonces que ya no iba a regresar hasta transcurridos sesenta y tres años. En Panamá crearía una familia numerosa- tiene once hijos- y trabajaría duro para salir adelante.
Sólo contaba veintitrés años cuando emprendió su aventura americana y llegó a Panamá con lo puesto, sin otros medios que sus manos.
Al principio trabajé en todo lo que me salía. Estuve en las minas de oro. Luego a la agricultura, al cultivo del café. Dueño y señor de veinte hectáreas de tierra en la zona de Veragua, en Chita de Calobre y vive totalmente aislado de la civilización, a seis horas de distancia con un todo terreno- Ni siquiera tenemos luz eléctrica-.Las minas de oro sólo constituyen una anécdota, ya que ha pasado prácticamente toda su vida entregado a las tareas agrícolas, allá arriba, en el monte, en la sierra, escuchando en sus ratos libres, a través del transistor, las noticias de España.
Pese a sus ochenta y seis años, todavía permanece en activo, al frente de sus tierras, porque sus hijos ya se emanciparon y siguen por otros caminos diferentes.
Ismael Pérez Aznar tiene que contratar peones para atender sus plantaciones de café. Pero sin dejar en ningún momento su puente de mando, como capitán de su propia nave.
Esto es una entrevista que le hace el periodista Alfonso Zapater y publicada en el Heraldo de Aragón el día 22 de Noviembre de 1992 y que a nosotros nos causa satisfacción comprobar, que aquel niño que tampoco tiempo vivió en Santolea, haya mantenido vivo el recuerdo de aquel pueblo, donde como bien dice él, una viejecita le dio su cariño. Seguramente lo tuvo para su lactancia, como otros muchos niños, que procedentes de la Casa de Beneficencia de Zaragoza, estuvieron acogidos por otras familias en Santolea. ¡Gracias Ismael por acordarte de este pueblo!
En el verano de 2015,recibimos un comentario de una nieta de Ismael, Ana Grisell Pérez Villarreal, que como su abuelo, también piensa en equel pueblo donde a él lo cuidó una viejecita. Muchas gracias Ana por acordarte de Santolea.