La Tejería

El nombre de esta zona, sin duda se lo debe al horno de teja y ladrillo que estuvo durante muchos años. Situado en un enclave que estaba rodeado de tierras arcillosas, la materia prima para la elaboración de los productos allí fabricados.

 

Sus campos de cultivo eran de regadío de la acequia del Planazo en su tramo final, lo que creaba algunos problemas de abastecimiento de agua y en ocasiones había que recurrir a las balsas para recoger en ellas pequeñas cantidades procedentes de sobras de riegos de más arriba y que acumuladas en las balsas, permitía paliar en parte alguna necesidad más urgente.

Huerta en la Tejería
El horno estaba junto al pino

Junto a este horno estaba la caseta donde vivía el tejero en las épocas que elaboraba sus productos y donde tenía sus herramientas y al lado de la misma estaba la era, donde se colocaban las tejas y ladrillos todavía en barro, para exponerlos al sol y al aire antes de colocarlos en el horno para cocerlos.

En esta tejería se fabricaron las tejas de la iglesia, que por tener un tamaño mayor, les llamaban tejones y sin duda tendría una gran importancia en su momento, cuando el pueblo gozó de su mayor población, fruto de las construcciones que se llevaron a cabo y que corresponderían al siglo XIX, cuando en 1877, alcanza su mayor índice de población.

 

Los vecinos que necesitaban tejas o ladrillos, concertaban con el tejero la cantidad y el precio y parte del pago, se hacía aportando leña para la cocción de los productos,

Caseta del Tejero

Todos los campos de cultivo de la zona, han desaparecido, y la transformación del entorno ha sido total, solamente las imágenes de archivo nos permiten ver lo que fue.

 

Hoy toda esta zona se ha convertido en una explotación de arcillas, lo que hace que se haya alterado toda la fisonomía antigua. Donde antes había unas pequeñas huertas, hoy se levantan montañas de este producto y hasta un lago artificial.